miércoles, marzo 22, 2006

lo que nos diferencia a un ser humano de otro es el software

“..un ordenador puede ser una cosa totalmente distinta, según el software que le introduzcamos. Esto de por sí es revolucionario, veremos por qué.”

Dejaba esta “coletilla” abierta en mi anterior mensaje y lo cierto es que da para uno o varios libros…

Hasta la invención del ordenador o computadora, los inventos mecánicos estaban enfocados a una determinada función, sin ella la máquina no tenía sentido, no servía para nada más. De hecho el propio ordenador fue destinado inicialmente a computar el censo norteamericano y nada más.

Pronto se descubriría la versatilidad de una máquina, que simplemente con cambiar las instrucciones podía cambiar completamente de función.

Es esa versatilidad la que ha convertido a los ordenadores en imprescindibles en la sociedad actual, prácticamente no se encuentra negocio o actividad relevante que no sea gestionada o auxiliada por un ordenador.

Aparte de las implicaciones tecnológicas de esta diferencia mecánica, me fascina el paralelismo biológico, los chips de silicio de los ordenadores equivalen funcionalmente a las células madre humanas, que en sí mismas contienen toda la información potencial para devenir en un brazo, un ojo, tejido cerebral o mil órganos diferentes y todos ellos nacen de una misma célula madre, ¿qué hace que esta se convierta en una cosa u otra?, el “software”, es decir las instrucciones, el mismo mecanismo que permite que nuestro ordenador sea un laboratorio fotográfico o un eficiente contable o una sala de cine. Un soporte de almacenamiento de datos y un plan de trabajo.

Un razonamiento así, nos puede llevar a plantearnos que lo que nos diferencia a un ser humano de otro es el “software”, pues el material genético es el mismo.

Recientemente estuve visionando un DVD sobre meditación yóguica, la persona que explicaba los conceptos clave acerca de esta práctica, ponía como ejemplo esto mismo, que para ser una persona diferente, era como cambiar el software. En este caso, se refería a cambiar ciertos hábitos estresantes y se refería a la forma cómo “digerimos” los acontecimientos, las relaciones sociales, los problemas, las tensiones, etc. Cambiando el “software” por uno más adaptado seríamos capaces de “reprogramar” positivamente nuestra conducta. Bien, no lo decía con estas palabras; según quién lea esto, le puede sonar a lobotomización y no se trata de eso, me explico, se trata de lo que algunos “gurús” de los negocios se refieren como un proceso de desaprendizaje, derribar el edificio de las convenciones aprendidas, cuestionarlo todo y volver a empezar a aprender; ayer 21 de marzo había un interesantísimo artículo en LA VANGUARDIA (la contra), que desde otro ángulo se refería a ello, se titula “Ame usted más la verdad que a sí mismo”.

A veces es más fácil comprender cómo funcionan mecanismos complejos, contemplando el funcionamiento de mecanismos más sencillos, como los de base silicio. ¿Han pensado alguna vez que el cáncer puede ser más un fallo del propio “software” celular que un problema externo?

Hasta la próxima...

sábado, marzo 18, 2006

Informática y Humanismo

Decía una economista en los albores del capitalismo algo así como que los recursos son limitados, mientras que los fines son siempre ilimitados.

Algo parecido pasa con mi tiempo, por suerte o por desgracia, tengo espíritu renacentista y me intereso por un amplio abanico de temas y en la era de la información necesitaría 30 vidas para poder digerir todos lo que se publica sobre los temas de mi interés y además …. hay que ganarse la vida, sino no hay dinero para pagar la ADSL a través de la cual puedo escribir este diario de bitácora.

Este preámbulo pretende ser una pequeña disculpa por haber tenido tan desatendido este espacio personal. Intentaré que el post numero 3 no tarde un año ;-)

Me preguntaba mi amigo Xavier en una entrañable y nocturna tertulia radiofónica, que cómo se define actualmente un informático. La informática en sus orígenes consistía en computar datos estadísticos del censo de población, mediante las famosas tarjetas perforadas introducidas en una gran máquina, entonces era más fácil definir que es la informática, pero ni siquiera existía acuerdo en la palabra para definir esta nueva ciencia, pues a la máquina que hacía ese trabajo, los anglosajones la llamaron computer y los franceses ordinateur , ya se empieza a adivinar que se trata de una máquina que hace cosas diferentes según la demanda del usuario, hasta entonces las máquinas se creaban para realizar una única función, un ordenador puede ser una cosa totalmente distinta, según el software que le introduzcamos. Esto de por sí es revolucionario, veremos por qué.

Volviendo a mi tertulia, le respondí que de hecho la familia de los informáticos se compone a su vez de una creciente cantidad de familias, tribus y células, porque estamos todos conectados en una red humana por la que circulan conocimientos, emociones y experiencias y como pasa en todas las familias, no sabes bien bien que hace la otra familia y tampoco puedes ser un experto en el bastísimo territorio que constituye hoy las TIC, por lo que cuando precisas un conocimiento que no tienes, lo buscas en un compañero (otra familia) que disponga de él y a su vez estás disponible para compartir tu conocimiento con quién lo necesite, al contrario de lo que pasa con el dinero, compartir el conocimiento no te empobrece, sino justo al revés.

El impacto de este argumento en la cohesión social, en la mejora de la calidad de vida, en la cultura y el avance técnico es sin duda enorme, por eso, no es posible dedicarse a esta ciencia sin un sustrato humanístico, detrás de las redes telemáticas y de los ordenadores, hay personas, lo que afecte a las redes, afecta a las personas.

En próximos mensajes, me gustaría hablaros de la “generación Nintendo” , referido a la generación de niños que ha crecido con la tecnología en sus manos, y cómo hay que educar a los niños de hoy en el uso inteligente de la tecnología, porque lo cierto que ésta va muy por delante de lo que nosotros somos capaces de hacer.